El año 2021 uno de los proyectos más esperados por la comunidad, en especial buzos y pescadores de la Región de Coquimbo, vio la luz. Hace tres años, la Cámara Hiperbárica comenzó a funcionar en el Hospital San Pablo, recibiendo principalmente las urgencias derivadas por accidentes en inmersiones.
Hoy, la Unidad de Medicina Hiperbárica del Hospital de Coquimbo celebró su tercer aniversario, destacando al recinto porteño como uno de los pocos centros de salud del país que cuenta con un equipo de esta envergadura para dar solución a la alta tasa de accidentes por descompresión que afectan a los buzos de la región, pero además, abriendo esta medicina a nuevos procedimientos. Por ejemplo, actualmente es posible aplicar oxigenoterapia para el tratamiento de intoxicaciones por monóxido de carbono y lesiones por radioterapia en pacientes oncológicos.
De eso fue testigo Juan Maldonado, quien ya ha recibido 41 sesiones en la cámara hiperbárica por una lesión en el tejido de la vejiga, y que hoy quiso estar presente en la ceremonia para entregar su testimonio.
“Mi experiencia fue muy buena porque estaba con una cistitis y me sentía muy mal. Al ingresar empezó mi mejoría y hoy me siento muy bien, así que doy gracias a todo el personal de la cámara por la atención recibida, fue muy buena, una abnegada labor con los pacientes. Me he sentido muy bien acogido y por eso quise estar presente hoy. Yo soy amigo de la hiperbárica, siempre estoy presente. Me atendí el año 2023, ya que me operaron de un cáncer prostático y me hicieron radiación, producto de eso me quemaron la vejiga y tuve el problema de la cistitis”, comentó.
Para una región con más de 400 kilómetros de costa, muchas caletas y derivaciones de pacientes producto de accidentes por descompresión, la llegada de la medicina hiperbárica hace tres años fue un importante cambio en salud, sobre todo para los buzos mariscadores y pescadores de la zona. “Estaba buceando a 42 metros de profundidad y salí muy rápido a la superficie. De ahí me subí al bote y perdí el conocimiento, no me acuerdo. Llegué acá y fue espectacular, pero cuando llegué, del pecho para abajo meneaba las manos y no podía comer por mí mismo. Eso fue ahora, el 29 de mayo, y hoy me he sentido bien, ya estoy
dando pasos en las barras, me estoy afirmando, parando casi solo. Con el equipo acá súper bien, es prácticamente una segunda familia porque paso casi todo el día acá. Llevo como 60 sesiones en total y nada que decir, me han tratado bien en todo sentido”, destacó Ángel Rivera, paciente que también llegó a celebrar el tercer aniversario de la Unidad de Medicina Hiperbárica en el recinto.
169 personas han recibido sesiones de oxigenoterapia en el Hospital de Coquimbo
Hasta el día de hoy, 169 pacientes han sido atendidos desde la llegada del equipo al establecimiento: 15 por lesiones por radioterapia, 95 por enfermedad descompresiva, 16 debido a intoxicaciones por monóxido de carbono, además de 43 por otras patologías como osteomielitis o heridas complejas.
“Es una labor que es muy potente, no solo en términos de salud para la gente que sufre mal de presión u otras patologías que se pueden manejar acá en la cámara hiperbárica, sino también como desarrollo de una unidad que es única en la zona norte y que tiene espacios y desafíos de crecimiento en términos de innovación, investigación y de atención, y eso creo que es muy potente y bonito. Además, se genera una mística especial en el equipo de trabajo y eso se tiene que potenciar”, indicó el Dr. Gabriel Sanhueza, director del Hospital San Pablo de Coquimbo.
Con la implementación de la Medicina Hiperbárica, la Red Asistencial no solo creció en oportunidad de atención, sino que también en calidad, ya que la cámara cuenta con equipamiento médico e industrial de primer nivel, altos estándares de seguridad y además un completo equipo de profesionales formados en el área.
Actualmente, la Unidad de Medicina Hiperbárica está compuesta por un médico, tres enfermeros, dos técnicos, un mantenedor y operador de la cámara, un administrativo, un auxiliar y una trabajadora social. Entre todos, realizan esfuerzos médicos y humanos para contribuir en la recuperación de los pacientes. “Quisiera destacar la unión, el trabajo grupal y la dedicación que el equipo pone en cada paciente, no solo en lo clínico, sino que también en el ámbito emocional, espiritual y de entretención, incluso con trucos de magia para que el paciente cuando llegue apenado, se vaya con una sonrisa, más contento. Los pacientes que hoy nos acompañaron recibieron sesiones el año pasado, ellos nos pasan a visitar de vez en cuando a la cámara, ya que están contentos y agradecidos porque ven una evolución en su patología”, agregó el enfermero y jefe (S) de la Unidad de Medicina Hiperbárica del Hospital de Coquimbo, Javier Bórquez.
Hasta 20 veces más oxígeno de lo habitual
El médico de la Unidad de Medicina Hiperbárica, Dr. Yury Salinas, explica que lo innovador del tratamiento con la cámara, y una de las razones de su buen resultado, está en que la presión ayuda a que el oxígeno que respiran los pacientes se licúe en la sangre. “Las personas respiramos oxígeno y lo transportamos en la sangre en forma de gas, pero una cámara hiperbárica es la única que puede licuarlo y llevarlo en forma líquida al plasma. Es una cantidad de oxígeno mayor del habitual, mayor que cualquier otra terapia, ya que podemos transportar en el plasma sanguíneo hasta 20 veces más oxígeno de lo habitual, lo que permite que todos los tejidos del cuerpo, por ejemplo, donde tenemos una herida compleja, donde hay una lesión o un problema de salud importante, se beneficie de la terapia, pero además todo el cuerpo en general”, detalla.
A la conmemoración del tercer aniversario de la Unidad de Medicina Hiperbárica asistieron autoridades, funcionarios y un gran número de pacientes que han recibido tratamiento en el Hospital de Coquimbo, quienes pudieron compartir su experiencia y además recibir un reconocimiento por el constante apoyo al desarrollo de la medicina hiperbárica en la región.